La sala de música en un centro infantil para niños de 1 a 5 años es un espacio especialmente diseñado para estimular el interés y la participación de los niños en el mundo de la música y el sonido. El cual cuenta con:

  1. Instrumentos musicales adaptados: Se proporcionan instrumentos musicales adaptados a las habilidades y tamaño de los niños pequeños, como tambores pequeños, xilófonos, panderetas, maracas y teclados de juguete. Estos instrumentos están diseñados para ser seguros y fáciles de usar, lo que permite a los niños explorar y experimentar con el sonido de manera divertida y educativa.
  2. Espacio de juego creativo: La sala de música incluye un área de juego creativo donde los niños pueden crear música de forma libre y espontánea. Se anima a los niños a improvisar, cantar, bailar y tocar instrumentos en un ambiente de apoyo y exploración.
  3. Actividades estructuradas: Además del juego libre, se ofrecen actividades estructuradas dirigidas por adultos que introducen conceptos básicos de música y ritmo de manera divertida y accesible para los niños pequeños. Estas actividades pueden incluir canciones, juegos de movimiento, actividades de percusión corporal y ejercicios de escucha activa.
  4. Exploración sensorial: Se incluyen elementos sensoriales en la sala de música para enriquecer la experiencia de los niños, como luces suaves, proyecciones visuales, telas de texturas variadas y objetos que producen sonidos interesantes al ser manipulados. Estos elementos estimulan los sentidos de los niños y fomentan la exploración creativa.
  5. Fomento del desarrollo: La sala de música se utiliza como un espacio para fomentar el desarrollo integral de los niños, incluyendo habilidades cognitivas, sociales, emocionales y físicas. A través de la música, los niños pueden desarrollar habilidades como la coordinación motora, la creatividad, la autoexpresión, la cooperación y la autoconfianza.
  6. Participación de los padres: Se fomenta la participación activa de los padres en las actividades de la sala de música, ya sea acompañando a sus hijos durante las sesiones de música o participando en eventos especiales como conciertos o talleres de música en familia. Esto fortalece el vínculo entre padres e hijos y promueve la continuidad de la experiencia musical fuera del centro.